Tanto si acabas de lanzar una web, como si quieres renovar su imagen, en este post encontrarás los mejores consejos para hacer buenas fotos de tu producto. Lo primero que tienes que hacer es decidir qué es lo que quieres resaltar del artículo: es muy importante que la fotografía refleje el tamaño del producto, su calidad y su forma para que tus clientes tengan una visión real de él. Sin embargo, no tengas miedo a jugar con las perspectivas: estas contarán una historia distinta.

Utilizar la luz correcta
Teniendo en cuenta que la luz natural es la idónea para hacer este tipo de fotos, es comprensible que no siempre esta luz sea la adecuada dependiendo del momento del día: Si puedes elegir, te recomendamos que tomes tus fotos por la tarde, la luz será más blanca. En caso de que la sesión de fotos vaya a ser en un entorno sin mucha luz, procura que el foco artificial proporcione una iluminación tenue que evite las sombras intensas.

La curva infinita
Para fotografía del producto se suele utilizar un fondo blanco que deje un total protagonismo al artículo. Para crear este efecto de fondo blanco que no tiene fin, utiliza una tela blanca desde la base donde vayas a apoyar el producto, hasta una altura considerable; creando una curva donde se unen base y pared.

Mostrar la utilidad del producto
Aunque el fondo blanco sea una buena opción, a veces el propio producto exige no estar solo en la toma de la fotografía. Esto es, si lo que quieres dar a conocer es un anillo, deberías plantearte que esté colocado en un dedo para que el cliente vea cómo queda en la realidad; o si queremos fotografiar un ordenador, a lo mejor quedaría mejor si este está apoyado en una mesa y acompañado de un cuaderno y un portalápices. Aunque cada caso determinará cada toma, así como lo que quieras transmitir con el producto.

Más es mejor que menos
Si de un mismo producto ofreces una gama de colores, por ejemplo, no dejes a la imaginación del cliente cómo son el resto de artículos de los otros colores. Propón un álbum de diferentes fotografías con las opciones que el cliente tiene para elegir, esto logrará que tu producto luzca más atractivo.

La edición es la guinda del pastel
Por ejemplo, hay productos que exigen un primer plano, u otros que piden un plano general. Por eso, te recomendamos que tomes tres fotografías de un mismo producto con diferentes tamaños: pequeño, mediano y grande. Así, cuando edites la fotografía podrás elegir el tamaño que más te guste. No necesitarás un programa profesional de edición, ni un nivel de conocimiento alto; corregir el color o recortar la fotografía pueden suponer un cambio drástico en la muestra de tu producto.